Un sistema político es la plasmación organizativa de un conjunto de interacciones estables a través de las cuales se ejerce la política en un contexto limitado. Este sistema viene formado por agentes, instituciones, organizaciones, comportamientos, creencias, normas, actitudes, ideales, valores y sus respectivas interacciones, que mantienen o modifican el orden del que resulta una determinada distribución de utilidades, conllevando a distintos procesos de decisión de los actores, que modifican la utilización del poder por parte de lo político a fin de obtener el objetivo deseado claramente.
El concepto aparece como un enfoque teórico abstracto a partir de la aplicación de la teoría sistémica a la ciencia política. La finalidad de aplicar la teoría sistémica a la ciencia política fue proveer a esta última de una teoría general que la proveyera de un lenguaje unificado, de un referente teórico común, de un armazón conceptual sólido y de un marco de estudio y análisis ordenado. En este sentido la teoría sistémica lima las últimas deficiencias a la hora de definir la identidad teórica de las Ciencias Políticas respecto de otras materias como el Derecho la Filosofía y la Historia proponiendo un sistema como nueva unidad de análisis desde un punto de vista político por excelencia: el sistema político.
Con esto quiere decir que lo que define a un sistema político es su función de distribuir valores que la sociedad considera útiles como el dinero, la educación, el poder, etc. Así, tomando un país como muestra de estudio, éste se configura como un sistema complejo, dentro del cual los elementos que lo integran, considerados como grupos o como individuos, interactúan de manera muy intensa en función de ciertas pautas de comportamiento. De esta forma, para Easton, lo que define a un sistema político es su función de distribuir valores que la sociedad considera útiles como el dinero, la educación, el poder, etc.
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