El primer uso del término "ideología" se atribuye al conde Destutt de Tracy, a finales del siglo XVIII, con el significado de "estudio de las ideas", aunque pronto adquirió una connotación peyorativa. En Marx, el término es usado con el significado de "falsa conciencia", y lo aplica a los sistemas filosóficos, jurídicos, políticos y religiosos, en la medida en que considera que no se basan en la realidad, sino en ilusiones sobre la realidad. Las ideologías no sólo desvirtúan la realidad, sino que se presentan también como sistemas de justificación de la misma realidad que desvirtúan. La superestructura ideológica la constituyen, pues, el conjunto de las ideas, creencias, costumbres, etc., plasmadas en las formas ideológicas de la cultura, la religión, la filosofía, etc., con las que se justifica la "naturalidad" y "legitimidad" del modo de producción del que derivan y cuya realidad social enmascaran.
La ideología constituye la materialización de las fuerzas e intereses sociales en representaciones mentales, sentimientos y acciones. La elaboración filosófica de una ideología no es más que el esfuerzo consciente por plasmar en forma de valores y principios esa perspectiva y enfrentamiento de la realidad que se da en el comportamiento de los grupos y personas.En este sentido, la ideología es algo primero vivido y sólo después formulado. Más aún, la formalización de la ideología constituye, por lo general, un nuevo nivel de ideologización, es decir, de articulación de unas fuerzas e intereses sociales.
La ideología constituye, por tanto, aquellos esquemas operativos que articulan en las personas las fuerzas de la sociedad. Cada individuo es el centro donde confluyen una serie de fuerzas e intereses sociales; a través de los procesos de socialización, esas fuerzas sociales se van imponiendo como formas de percibir la realidad, de valorarla y de actuar en ella. Por ello, la ideología media la relación del individuo con su medio, físico y, sobre todo, humano; lo social se hace individual y la persona es verdaderamente un ser social.
La ideología trata de justificar en base a la razón los intereses que operativiza. Para ello, a veces los universaliza, es decir, los presenta como propios de "la naturaleza humana". Otras veces, los oculta, negando que se encuentren operando en algún ámbito de la existencia o distorsionando su carácter. En este sentido, la ideología va vinculada con la falsa conciencia, es decir, con representaciones erróneas o distorsionadas de la realidad.
La ideología constituye, por tanto, aquellos esquemas operativos que articulan en las personas las fuerzas de la sociedad. Cada individuo es el centro donde confluyen una serie de fuerzas e intereses sociales; a través de los procesos de socialización, esas fuerzas sociales se van imponiendo como formas de percibir la realidad, de valorarla y de actuar en ella. Por ello, la ideología media la relación del individuo con su medio, físico y, sobre todo, humano; lo social se hace individual y la persona es verdaderamente un ser social.
La ideología trata de justificar en base a la razón los intereses que operativiza. Para ello, a veces los universaliza, es decir, los presenta como propios de "la naturaleza humana". Otras veces, los oculta, negando que se encuentren operando en algún ámbito de la existencia o distorsionando su carácter. En este sentido, la ideología va vinculada con la falsa conciencia, es decir, con representaciones erróneas o distorsionadas de la realidad.
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