http://www.cnn.com/video/data/2.0/video/spanish/2009/07/20/WEBcoutino.cnn.html
La idea lleva tiempo de haberse creado y se refiere a la necesidad de realizar cambios que actualicen a las leyes y a las instituciones que regulan al desempeño de la autoridad en la economía.
La idea lleva tiempo de haberse creado y se refiere a la necesidad de realizar cambios que actualicen a las leyes y a las instituciones que regulan al desempeño de la autoridad en la economía.
Esos cambios para ponerse al día los conocemos como reformas estructurales y tienen el objetivo de mejorar las condiciones y hacerlas más propicias a la elevación de los estándares de vida.
Son varios los campos en los que se precisan las reformas. Usualmente se habla de reformas fiscales, de energía, laboral, seguridad, educación, telecomunicación, bancos, registro de propiedad, de Estado, indígena… más las que a usted se le ocurran.
Se trata de poner al día a las leyes y a las instituciones para adecuarlas a la situación actual y futura.
Esta necesidad viene, al menos en el caso de México, de la gran diferencia que existe entre las condiciones del pasado, con una economía cerrada, no competitiva, intervenida por el gobierno, corporativista y demás, a las condiciones del presente, con una economía abierta, competitiva, libre, democrática.
Ni las leyes ni las instituciones de antes sirven para lo que ahora se vive. Por ejemplo, las leyes fiscales necesitan cambiarse.
Ahora son complejas, llenas de excepciones y tratamientos diferentes, con tasas múltiples y elevadas, de redacción complicada. El mundo actual frena su potencial con impuestos de esa naturaleza. Se necesitan impuestos bajos, sencillos de calcular, sin excepciones… algo como el flat tax que ya existe en varios países. Igualmente, las leyes laborales de antes encarecen el trabajo, producen desempleo, elevan precios.
Ya no puede operarse así en un mundo tan diferente. Las nuevas leyes laborales deben ser flexibles y por eso capaces de promover la creación de empleo. En este terreno, las pensiones son otra de las reformas a realizarse para actualizarse a una situación demográfica diferente y darles solidez, por ejemplo, creando cuentas individuales y no fondos colectivos.
La generación de energía ya no puede soportar el esquema anticuado de empresas monopólicas como Pemex en México. Los riesgos deben diversificarse y tenerse incentivos de mercado para lograr nuevos desarrollos y adelantos.
En el campo de la educación, los resultados indican la necesidad de un cambio para darle un giro que enfatice calidad y hábitos de pensamiento. Las reformas de Estado sugieren cambios para hacer del gobierno un ente más eficiente, que funcione bien en sus áreas de competencia y se faciliten los acuerdos entre partidos, sin los conflictos que detienen su trabajo y hacen que los partidos estén más preocupados por ganar elecciones que por gobernar, como sucede en México.
En fin, las reformas no son una cuestión insignificante, sino la prioridad mayor que se tiene en la política de muchas naciones, desde Francia y Argentina hasta México y los EEUU.
El mundo ha cambiado, la tecnología nos ha revolucionado y el retraso que sufrimos es político, de leyes e instituciones. Se trata de quitarnos la bola de metal que impide que avancemos más, ésa con la que se caricaturiza a los prisioneros para que no escapen.
Si esas reformas y actualizaciones no se realizan con prontitud el costo es la pobreza y la miseria, un retroceso en el bienestar. Más aún, las reformas son terrenos de enfrentamiento entre dos visiones, la que ve hacia el futuro y la que ve al pasado. Personajes como Evo Morales, Fidel Castro, Kirchner, López Obrador, Hugo Chávez tienen esa mentalidad, la del regreso a los sistemas centralizados, totalitarios, de grandes gobiernos, que se usaron en el pasado.
Lo que necesitamos es exactamente lo opuesto, sistemas abiertos, flexibles, democráticos, con gobiernos fuertes en sus funciones esenciales, para un mundo abierto, libre, que se beneficie de las iniciativas individuales de las personas.
En otras palabras, estamos en el choque de dos mentalidades, un real duelo de ideas entre el pasado y el futuro. En la medida en la que esto se entienda se estará dando pasos que eleven las oportunidades de desarrollo y prosperidad.
Como siempre en la historia del mundo, éste es otro duelo de ideas y dependiendo de las que prevalezcan será nuestro futuro, uno de mejor vida o uno de pobreza.
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